POLÍTICA NUEVO MINISTRO DE SANIDAD
ARABIA SAUDÍ CAMBIA EL CHIP CONTRA EL CORONAVIRUS
**El nuevo ministro de Sanidad apuesta por más transparencia e información
**Preocupan las próximas peregrinaciones a la Meca y Medina
El Mundo/ Madrid 30/4/2014
Al menos en apariencia, algo está cambiando en la gestión de la crisis del coronavirus en Arabia Saudí. Después de casi dos años de infecciones y con más de 100 muertos dentro de sus fronteras, el nuevo ministro de Sanidad del reino saudí ha reforzado el mensaje de alerta a la población y ha creado un comité de trabajo.
Adel Faqih ha sustituido en el cargo a Abdullah Al Rabeeah, cesado fulminantemente como ministro de Sanidad hace pocos días después de asegurar a la población que la situación estaba controlada y que no eran necesarias más medidas de control.
Sin embargo, el repunte de afectados por el coronavirus en abril (que eleva el número de afectados en Arabia a 345, con 105 víctimas mortales) ha obligado al regimen saudí a tomar medidas, y todo indica que el nuevo ministro de Sanidad va a endurecer el control de esta infección respiratoria.
En su primera comparecencia ante la prensa, acompañado por representantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de varias universidades europeas, Faqih anunció la creación de un comité de trabajo y el establecimiento de varios centros de tratamiento. Además, el ministerio saudí de Educación prevé iniciar una campaña informativa en más de 34.000 escuelas del país, según informa el diario The Wall Street Journal.
Además, el nuevo responsable de la sanidad saudí ha realizado una donación de guantes y mascarillas protectoras a los hospitales, donde se han contagiado ya al menos 11 trabajadores sanitarios.
Y es que como denuncian algunos observadores internacionales, el tradicional secretismo del regimen saudí, reacio a las críticas, no ha ayudado precisamente al control de la infección en los últimos casi dos años. De hecho, la actitud saudí ha recordado en este tiempo a la que tomó el Gobierno chino cuando hace 10 años apareció por primera vez en humanos otro virus similar -el llamado SRAS-. En aquella ocasión, la propia OMS censuró el secretismo chino que habría ayudado a la propagación de la enfermedad.
“En el caso de epidemias, una comunicación rápida, transparente y comprensiva es nuestra mejor arma”, ha señalado por ejemplo el epidemiólogo Ian Mackay, de la universidad australiana de Queensland.
Entre las nuevas recomendaciones de las autoridades saudíes, destaca también la advertencia contra el consumo de carne y leche de camello -algo habitual en el país- por la sospecha, cada vez más fundada, de que estos animales pueden ser los transmisores del virus a los humanos (como volvía a insistir esta semana otro estudio publicado en la revista mBio).
Además, y de cara a las próximas peregrinaciones a La Meca y Medina -dentro de cuyos rituales también se incluye el sacrificio de camellos-, Arabia ha desaconsejado el viaje a mayores de 65 años, mujeres embarazadas (el contagiodel coronavirus por ahora es superior en mujeres) y pacientes inmunodeprimidos.
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