CAPITAL.-ELLOS TAMBIÉN FUERON MARCA ESPAÑA

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CAPITAL.-ELLOS TAMBIÉN FUERON MARCA ESPAÑA

Ellos también fueron marca España

Por Valentín Bustos | Capital.es – lun, 13 ene 2014 10:05 CET

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Estos son una rusa, una eslovaca, un austriaco y un español en una taberna de Graz, la segunda ciudad de Austria. No tan conocida como la capital Viena, Innsbruck o Salzburgo, su casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999. Aunque, a nivel mundial, se la conoce más por su club de fútbol y por que se trata de la región en la que nació el actor y expolítico Arnold Schwarzenegger.

Estos cuatro personajes, periodistas por más señas, hablan de la crisis y de cómo se ven unos y otros en una Europa con realidades tan diferentes como las sentadas en esa mesa. Y en un momento de la conversación el español lanza la siguiente pregunta: “¿Quién es para vosotros España?”. El austriaco no lo duda un momento y responde con la velocidad del rayo: “Picasso”. Para, a continuación, subrayar que también le apasionan Dalí, Miró y Gaudí. La rusa es la siguiente en coger el testigo. Y da un primer nombre: el Rey (al que llama Juan Carlos en un agradable español). Y añade: “También Plácido Domingo y, de la historia, Cervantes”. La eslovaca, por su parte, se decanta por Rafa Nadal. Un nombre que abre la veda de los deportistas. Y ahí aparecen Pau Gasol, Fernando Alonso y algunos futbolistas se cuelan en una conversación que pronto da el salto a otro país sin cambiar de pregunta.

Picasso, Cervantes, Plácido Domingo, el Rey, Rafa Nadal… Ellos representan el pasado y el presente, la tradición y la modernidad, la cultura y el deporte. Y a todos les une un nexo común:contribuyen a mejorar la imagen que se tiene de España fuera de nuestras fronteras. Algunos, desde tiempos inmemoriables.

Si dejamos a un lado los contemporáneos, los que todavía siguen al pie del cañón, nos encontramos con nombres universales que, desde hace siglos, no solo potenciaron la imagen de marca España en su época a nivel internacional, sino que todavía hoy siguen llevando ese sello. Dos ejemplos: El lazarillo de Tormes, publicado en 1554, llegó a traducirse a diez idiomas antes de acabar el siglo, además de crear escuelas de novela picaresca en toda Europa. Y qué decir de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha (1605), el primer gran best seller literario internacional según el historiador Donald Sasson. La obra literaria traducida a más idiomas, después de la Biblia, ya contaba con tres ediciones pirata al año de publicación de la primera parte. Y en solo tres lustros había sido traducida al francés, al inglés, al italiano, al holandés y al alemán. Otro dato: en 2002, el Club del Libro de Noruega y la Fundación Nobel organizaron la selección del mejor libro de ficción de la historia. Para ello contactaron con una centenar de escritores de 54 países que se decantaron por la obra de Miguel de Cervantes por delante de Madame Bovary, de Gustave Flaubert.

Literatos e inventores. Las letras españolas siempre han gozado del beneplácito del público a lo ancho y largo del globo terráqueo: Quevedo, Lope de Vega, Antonio Machado, Pio Baroja, Valle-Inclán, García Lorca, Miguel Hernández… Tanto, que es el apartado en el que España ha recibido más Premios Nobel. De los ocho galardonados, seis han sido virtuosos literatos: José Echegaray, Jacinto Benavente, Juan Ramón Jiménez, Vicente Aleixandre, Camilo José Cela y el hispano peruano Mario Vargas Llosa. Los otros dos, Santiago Ramón y Cajal y Severo Ochoa, hicieron de la ciencia su razon de ser.

Un apartado, el de la ciencia o la inventiva, en el que también destacan nombres como el de Juan de la Cierva, desarrollador del autogiro, aparato precursor del actual helicóptero; Narcis Monturiol, célebre por la invención del primer submarino tripulado con motor de propulsión anaeróbica; o Isaac Peral, autor del submarino de propulsión eléctrica capaz de lanzar torpedos que cambió para siempre la manera de combatir en el mar.

Otros inventores, por otra parte, han visto cómo su nombre ha quedado olvidado en el baúl de los recuerdos, aunque sus descubrimientos forman parte del día a día cotidiano de millones de personas en todo el mundo. ¿Quién no conoce la fregona? ¿Sabrían decir quién fue su descubridor? Un riojano llamado Manuel Jalón Corominas. Lo mismo sucede con la calculadora. Aunque no hay un nombre al que se le atribuya directamente, ya que han sido muchos los que han aportado su granito de arena a tal ingenio, en el museo de la sede central de IBM hay una voluminosa calculadora de 26 kilos fabricada en hierro y acero. Diseñada por el gallego Ramón Verea (su nombre es Verea Direct Multiplier), fue la primera de la historia capaz de realizar cuatro operaciones aritméticas (suma, resta, división y multiplicación), manejando cifras de hasta nueve dígitos. Otro ejemplo es Mónico Sánchez, un manchego que consiguió fama y fortuna gracias a que su mente ideó el primer dispositivo portátil de rayos X de la historia. Un aparato que Francia usó en la Primera Guerra Mundial como parte de su equipamiento médico.

Pero si hay un “invento” que ha hecho las delicias de peques y grandes, endulzando los paladares de millones y millones de personas en los cinco continentes, ese no es otro que un caramelo y un palito: el chupa chups. Incluso llegó a consumirse en el espacio, ya que los astronautas de la estación MIR pidieron llevarlos consigo en su aventura espacial. Una curiosidad: el diseño del envoltorio es obra de Salvador Dalí. Y el genial pintor catalán es uno de los iconos del mundo de la pintura. Junto a él, los Goya, Velázquez, El Greco o Murillo, sin olvidar a Sorolla, Miró o Picasso. El pintor malagueño posee, además, el récord de tener tres de sus obras entre las diez más caras de la historia.

¿Más nombres universales? Joaquín Rodrigo y su Concierto de Aranjuez, la obra musical española más interpretada en el mundo. Tanto es así, que su adagio, muy popular, ha sido cantado por múltiples figuras de la ópera y de la llamada canción melódica. Junto a él, otros compositores relevantes son Isaac Albéniz, Enrique Granados, Joaquín Turina o Manuel de Falla. Ya en el mundo del espectáculo, Sara Montiel, la primera estrella del cine español en trabajar en Hollywood; o el director de cine Luis Buñuel. Mientras que en el apartado referido al deporte, Severiano Ballesteros es, sin duda, todo un icono mundial. Todos ellos fueron pioneros en sus respectivas actividades. Y todos ellos dejaron una huella, una impronta, que otros han seguido: Pedro Almodóvar, José Luis Garci, Antonio Banderas, Pau Gasol, Rafa Nadal, Julio Iglesias, Javier Marías, Mariano Barbacid, Margarita Salas, Pedro Duque, Antonio López… Larga vida a la marca España.

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FUENTE QUE UTILIZO:

http://es.finance.yahoo.com